Os pido a vosotros, los amigos que me quedasen al morir, que me enterréis sin caja ni envoltorio alguno, aquí, en el valle a los pies del Peñón. Plantad un árbol sobre la tumba, el que a vuestro juicio sea el más apropiado, y poned una pequeña lápida con este epitafio:
Aquí descansa
Manuel Ruiz Pascual,
nacido en el destierro,
transformado en piedra y árbol.
Llegó volando y volando se ha ido.
1960/20XX
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