jueves, 5 de abril de 2012

¿Americano o capuchino?


Ya estoy harto de ser ninguneado. Si dicen que se van a ver para tomar un café deberían de cumplirme. Las cosas ya no son como antes. Antes si decían que se tomaban un café, se veían y me tomaban. Ahora parece que si no se quieren ver dicen “a ver cuando nos tomamos un café…”. Tienen que saber que siendo café mi máximo deseo es ser tomado. Entiendo que en parte soy un pretexto para ustedes, pero ¿para que me friegan si de todos modos no se van a ver?. Tómeme y después hagan lo que quieran, incluso no volverse a ver. Yo, que soy un buen café, deseo que me vean los demás salir de la cafetera, aromático, caliente, como cúspide del proceso de mi elaboración. Y digo un buen café cuando en realidad, gracias a la costumbre americana del refill, puedo ser varios. Cada vez que quedan en verse y cancelan, o a veces ni eso, quedo mal, muy mal. Ustedes tendrán que entender que cada vez que espero ser tomado y me plantan soy el hazmerreír de la cafetería. Tanta altura y tanto tueste y tanta selección y tanta madre para terminar en “ahí para la otra…”. Si no se quieren ver, pues quédense de ver en otro sitio. Digan “nos tomamos una Coca para vernos?” o un Redbull, si es que lo que les late del café es la cafeína. “Que te parece si nos vemos para tomarnos una Yoli?”, en caso de que quieran creer que se van a plantar en Acapulco. Pero ya no me hagan sufrir, si no se van a ver queden en otra cosa, en otro lugar. Soy amargo pero tengo sentimientos.

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